Tumbada en mi cama, con las persianas bajadas, me decido a contar mi historia. Claro está, no de mi vida real, sino de mi vida tras conocer el mundo otaku.
[11 de Diciembre. 11:00 am. Parque]
???- ¡¡¡Liiiiliaaa!!!
Lilia- ¿hmn? Hola Sai...
Sai- ¡yey yey yey! ¿sabes que te he compraaado?
Lilia- ¿comprado? ¿el que?
Sai- N-no me digas que... ¿no sabes que día es hoy?
Lilia- Nnnnno... realmente no...
Sai- ¡aah! que chica... ¡toma! ¡¡hoy es tu cumpleaños!!
Lilia- Oops... ¿lo siento?
Sai- Deja de sentirlo y abre el regalo anda... - se dió la vuelta y se sentó en un banco.
Abrí el regalo, con nerviosismo, rompiendo el papel estampado con fresas.
Lilia- ah... e-esto es...- le miré por un instante y volví a comprobar el regalo que había recibido.
Sai- ¿lo querías no?
Lilia- ¡Si! ¡Porsupuesto!
Allí mismo había recibido un diario, en el que ahora escribo estas letras. Ese diario no era uno cualquiera. Era un antiguo cuaderno de mi familia, que había ido a parar a una tienda de antigüedades por un error mio. Cuando intenté recuperarlo, fué demasiado tarde.
Sai- Bueno, ¿nos vamos ya o lo vas a mirar eternamente?
Lilia- Ah, si. - Se levantó y yo torpemente le seguí mientras seguía con la mirada fija en mi cuaderno, en el cuaderno de papá...
Lilia- Um... Gracias Sai
Sai- Je. De nada.
Siguió andando hasta mi casa, me dejó y se fue. En ese entonces no sabía que iba a ocurrir, pero tampoco me importaba nada de nada.
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